Manejo del girasol al final del ciclo: estrategias para reducir pérdidas por aves
Productores y técnicos analizan alternativas para minimizar los daños causados por palomas y cotorras en girasol, una problemática frecuente y variable según región, presión poblacional y ambiente. El secado anticipado se destaca como herramienta clave para cerrar el ciclo con menores pérdidas.

Jueves 11 de diciembre de 2025
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En Argentina, la paloma mediana (Zenaida auriculata) y la cotorra (Myiopsitta monachus) continúan siendo las especies que más daños generan en el girasol. Estudios de INTA han demostrado una marcada irregularidad: lotes con daños moderados conviven con otros altamente afectados, incluso dentro de una misma campaña.
Esta heterogeneidad entre etapas, fechas de siembra y zonas dificulta obtener estimaciones confiables y obliga a aplicar un enfoque de manejo adaptado a cada lote.
En regiones con elevada presencia de aves, el manejo debe integrarse desde el inicio de la campaña. Se recomienda: Cuando la presión es menor, puede priorizarse la elección de híbridos por potencial de rendimiento y manejar densidades óptimas sin ajustes defensivos. En la fase actual del cultivo —reproductivo a madurez fisiológica— la herramienta disponible al fin de ciclo es el secado anticipado. Una vez implantado el cultivo y con daños presentes, la prioridad es reducir la ventana de exposición. El uso de desecantes permite adelantar la cosecha y retirar antes la producción del campo.
La toma de decisiones según la presión poblacional
En zonas de baja población
Secado anticipado: la estrategia para acortar la ventana de daño
